Una placa de refrigeración líquida es un dispositivo metálico utilizado para enfriar equipos electrónicos por debajo de su temperatura máxima de funcionamiento. Consiste en al menos una base metálica (hecha de aluminio, cobre o acero) y un sistema de tuberías metálicas embebido. Las tuberías están integradas dentro de la base, formando canales de flujo de fluido.
La base metálica entra en contacto directo con los componentes electrónicos que requieren disipación de calor, absorbiendo su calor y transfiriéndolo al refrigerante. El refrigerante luego transporta este calor hacia un disipador térmico.
Las placas frigoríficas líquidas ofrecen una conductividad térmica superior en comparación con los intercambiadores de calor estándar. En comparación con otros refrigeradores convencionales, como los radiadores refrigerados por aire, las placas frigoríficas líquidas son más eficientes para enfriar componentes electrónicos.
Como intercambiadores de calor de alta eficiencia, las placas frías líquidas reducen significativamente las cargas térmicas de los componentes, ofreciendo un rendimiento de enfriamiento muy superior al de los refrigeradores tradicionales. En comparación con otros sistemas de enfriamiento convencionales, las placas frías líquidas pueden disipar cantidades considerables de calor de los componentes.
Esta tecnología es particularmente adecuada para la transferencia de calor en componentes de dispositivos que generan mucho calor, asegurando que los sistemas funcionen consistentemente a temperaturas óptimas.


